Este ciudadano canadiense viajó el viernes desde Montreal, donde vive, hacía el estado de Vermont con la intención de visitar a unos amigos.
Cuando arribó a la frontera con Estados Unidos notó que le faltaba el pasaporte y en lugar de regresar a su casa, decidió mostrar una copia que tenía en su iPad. “Cuando expliqué mi historia al agente estadounidense, me miró de forma indiferente. Era bastante serio”, declaró Reisch a un diario local.
El policía en lugar de impedir su ingreso, agarró la tablet y verificó los datos del joven permitiendo el acceso.
“Supongo que me buscó la computadora y vio que no soy un criminal ni un terrorista”, añadió Reisch. “Espero que la principal consecuencia de esto sea que se convierta en un catalizador para cambiar las reglas”, agregó.