Cuando se lanza una nueva versión de herramientas en las que las empresas cargan una buena parte del trabajo, es comprensible que se tarden unos años en adaptar pese a que se cuente con la licencia para obtener dicha versión. Me vienen a la cabeza casos como el de determinados IDEs de desarrollo que a pesar de estar sumamente testados y contar con la garantía del fabricante, ven como las empresas comienzan a utilizarlos incluso cuando se ha lanzado la siguiente versión.
Hablando del sistema operativo, pasa lo mismo. Aún a día de hoy hay muchas empresas que utilizan Windows XP. Esto sucede por varias razones. La primera, la desconfianza por parte de los responsables, y el por si acaso de las empresas. La segunda, el esfuerzo que supone actualizar el sistema operativo a pesar de que ya se tengan licencias. Y por último, y seguramente más importante, la adaptación de los empleados, que serán los usuarios del sistema y que tardarán más o menos tiempo en hacerse al nuevo entorno.
Que Windows 8 esté a la vuelta de la esquina no lo niega nadie, y aunque aún no haya fecha son cada vez más las noticias que vemos día a día sobre la nueva versión del sistema operativo líder a nivel mundial. ¿Cómo será la adaptación de las empresas? ¿Tendrá una buena acogida? Pues hay datos que indican que sí. Según se puede leer hoy en diversas publicaciones, Windows 8 sería adoptado rápidamente ya que un 52% de las empresas con Windows 7 ya están pensando en la nueva versión.
El estudio lo ha hecho InformationWeek, que recoge las estadísticas de una encuesta realizada a un total de 973 empresas del sector informático, de las cuales, como os cuento, más de la mitad estaría ya siguiendo los primeros pasos para migrar. El 19% de las mismas asegura además que migraría durante los 2 primeros años desde el lanzamiento, y el 13% en el primer año.