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- Guardianes invisibles en la frontera entre México y EE.UU.
Posted by : Joaquin De La Mota
martes, 21 de agosto de 2012

Al caer la noche en el desierto que separa a México del estado de Arizona, en Estados Unidos, aumenta el trajín de inmigrantes indocumentados, traficantes de droga y patrullas, en ese hostil juego al escondite que se practica en torno de vallas metálicas y muros de concreto.
Un tercer actor observa la escena en silencio: es un ejército de guardianes electrónicos que llegan allá donde no lo hacen ni el brazo de la ley ni las leyes de la física.
Un paso en falso y las que parecían meras rocas despiertan de su letargo y envían señales de alerta a la torre de vigilancia. Segundos más tarde, radares y cámaras infrarrojas recorren el llano en busca de intrusos.
Los datos viajan a través de microondas hacia la sala de control y de ahí a las patrullas que en sus unidades móviles reciben coordenadas e imágenes con las que pueden saber de antemano si el objetivo está o no armado.
Un sueño agridulce
Lo descrito arriba es un "sueño americano" o al menos el de las autoridades fronterizas de Estados Unidos, que en los últimos años han usado a Arizona como campo de pruebas de la llamada "valla virtual". Un proyecto que el gobierno del presidente George W. Bush aprobó en 2006 bajo el nombre SBInet y que planteó incorporar tecnología de vigilancia a lo largo los 3.185 kilómetros de frontera.
El plan, que debería haber entrado en operaciones en 2011, ha sido un auténtico quebradero de cabeza tanto para la administración Bush como para la de Obama. Principalmente por costoso y lento y por estar plagado de problemas técnicos que llevaron a su suspensión en 2010.
Según el Departamento de Seguridad Nacional, el contribuyente ha gastado US$1.000 millones en proteger con tecnología un tramo de apenas 85 kilómetros. Aun así, el sistema demostró ser incapaz de distinguir en ocasiones un árbol de una persona en un clima ventoso y ser demasiado lento a la hora de enviar la información.
No era la primera vez que la tecnología resultaba ser un fiasco: dos intentos anteriores en 1998 y 2005, respectivamente, también fracasaron por su escasa efectividad (sólo el 1% de las alarmas se tradujeron en arrestos).
Fantasmas del desierto
A la labor de los sensores, se unió recientemente la de los "fantasmas del desierto", nombre por el que algunos conocen en esta frontera a los aviones no tripulados (o drones) Predator, capaces de ubicar a personas y vehículos desde una altura de 6.000 metros.
Estos aparatos disponen de un radar, siete cámaras de video, sensores infrarrojos y un potente zoom. Cada unidad tiene un costo de US$20 millones y, según el Departamento de Seguridad Nacional, nueve de ellos ya patrullan los cielos de Arizona, Florida, Texas y Dakota del Norte.
En el caso de Arizona, añade Borkowski, "estamos incorporando en las patrullas prismáticos termales (para detectar el calor de objetos móviles), así como sistemas de vigilancia móvil". Estos últimos, instalados en las patrullas, le permiten a la guardia de frontera recibir automáticamente las imágenes tomadas por cámaras y radares.
Por otra parte, Borkowski detalla que el gobierno está tratando adquirir tecnología capaz de detectar narcotúneles y usar parte del presupuesto en la reparación de los sistemas ya existentes.
En el marco del nuevo plan IFT, el Departamento de Seguridad Nacional convocó en abril un concurso invitando a empresas privadas a presentar sus propuestas para la construcción de seis nuevas torres con radares y cámaras, que deberán estar instaladas en distintos puntos de la frontera para 2020.